La luz entraba por la ventana, una luz de atardecer que alargaba las sombras del salón. Los niños jugando cada cual a lo suyo, con todo patas por hombro, así que me coloque en el sofá baje la compensacion de exposicion, tan solo quería la luz mas potente, las sombras no me aportaban nada, en unos segundos el pequeño vino cerca de donde estaba yo, y sonriente miró a eso que papá se lleva a la cara. La foto estaba hecha.

Realizada en casa como autorretrato, controlando la cámara a través del teléfono móvil y jugando con una luz para encontrar un punto en el cual solamente una parte de mi cara quedara iluminada. Para conseguir una imagen minimalista en blanco y negro, durante un segundo, pensativo me acerque el foco de esta forma, tenía el teléfono en la mano...apreté el botón de disparo.

Cuando comencé a volcar las imágenes al pc y la abrí pensé... debe haber un toque de color, con una máscara radial en Capture One y posteriormente ampliandola con el pincel a los ojos .

Un impacto., siempre me han gustado las fotografías de los ojos de los felinos en la oscuridad, su halo de misterio, su intensidad.

Creo que en esta ocasión me convertí en felino por un segundo.

Era la primera vez que bajaba a hacer street a la zona del rastro de Madrid, entre nuestros planes no teníamos en un principio contemplado el callejear por los alrededores antes de llegar, pero como fuimos muy temprano tuvimos tiempo de hacerlo.

Me llamo la atención desde que le vi, ese dia tenia montado un 17 -70mm, lo que me brindaba algo de versatilidad en el encuadre. ahora uso solamente objetivos fijos, aunque no descarto adquirir un tele corto en un futuro. Quería el contraste de su silueta y su sombrero de copa, así que espere al momento justo mientras caminaba, no me detuve no quería llamar su atención. dispare 3 fotografías, y la magia del sombrerero loco de alicia en el país de las maravillas se hizo presente.