La mansion

Mucho tiempo en venta.Un cartel que reza: disponible, con un número de teléfono, corona el vallado exterior. Un tiempo excesivo sin moradores, azotado por la inclemencia del clima de montaña, que ha producido que se hunda parte del tejado. El mármol del suelo al menos es más ajeno a esas inclemencias. Una puerta contigua a la principal con una palabra,"servicio", nos remonta a aquellos años en los que el personal de limpieza y cocina no podía cruzar por la misma puerta de "los señores". Una gran escalera, desde la entrada con rellanos, construida en granito, con fuentes y rodeada de un bosque espectacular te conducen a las tres edificaciones que componen el conjunto. La mansión principal, el garaje y la casa de los guardas o invitados (desconozco cual sería el fin último de esta). Al entrar en la mansión principal su papel decorado y el mármol blanco de su suelo te invitan a evocar quizás por contaminación de lo que vemos en televisión la época en la que la doncella o ama de llaves de la casa iba ataviada con el clásico uniforme, mientras los señores de la casa reciben las visitas. Salones con chimeneas preparados para el frío invierno, en algunos con restos de velas que ofrecieron su luz a las estancias recientemente. Libros ajados encima de las mesas y algunos muebles son de los pocos objetos cotidianos que se pueden encontrar. La decadencia de un lugar que seguramente por sus detalles tuvo que brillar en otro tiempo con luz propia. La cocina, con un montacargas para los platos preparados situada en el nivel más inferior aun conserva los muebles, abiertos todos como si un poltergeist los hubiera azotado. La sensación que transmite es extraña, aportando retazos de un tiempo pasado de esplendor en conjunción con la tranquilidad de su estado de abandono. El tejado parcialmente hundido no invita a recorrer la parte superior en exceso, las nevadas y el clima junto con la falta de mantenimiento y reparaciones de las vías de agua terminarán provocando que al final por completo éste se derrumbe.

Una mañana soleada que escogí para volver a recorrer los pasillos que en otra ocasión observé a la luz de mi linterna....


Déjame que te haga de Cicerone, y recorramos la mansión....


Aun parece que los sirvientes de la mansión vayan a encender el fuego preparándolo para que los Señores puedan disfrutar de una comodidad plena al charlar o tener un rato de lectura.

Una solitaria mesa y un mueble con un espejo que por el paso del tiempo y el polvo acumulado poco cumple su función, sostienen los libros que en otro tiempo ocuparon su espacio en la biblioteca de la mansión.

La luz filtrada por la pátina de las ventanas suaviza el color de unas paredes que antaño acogieron a sus moradores.

La pátina de las ventanas producen que estas parezcan vidrieras, las chimeneas decoran los ligares, el invierno es crudo en estas latitudes.

¿Una cocacola o un botellín? ¿Te la tomas conmigo a la luz de una vela?


Comenzamos a recorrer el camino que nos conduce a la salida, la escalinata es imponente, toda una obra de arte.

Al salir no olvidéis .... cerrar la puerta.