Mansión entre el granito

La mansión entre el granito

La luz del atardecer pintaba de naranja la fachada de esta hermosa construcción, situada muy cerca de otra edificación emblemática, y siendo seguramente parte del complejo de la misma, esta magnífica construcción ve pasar el tiempo y languidece con el paso de las estaciones.

Con un entresuelo mucho más robusto gracias al hormigón, y unas cubiertas aun en un estado decente, se erige en lo alto también de una loma, rodeada de un valle donde el granito es la roca imperante.

La quema de un vehiculo tiempo ha en sus inmediaciones fue la que disparó que en el canto del pico se impusiera una vigilancia temporal , (noviembre del 2016 con una búsqueda en internet rápida se saca toda la info de lo que ocurrió).


El interior con la luz cambiante del atardecer, Madrid al fondo tras sus ventanales, ya sin cristal alguno, el aire que se cuela por sus pasillos, la vegetación circundante y el silencio, ese silencio que hace que tu seas la mejor compañía de ti mismo, que hace concentrarte en lo que estás observando, deleitarte con cada vez que pulsas el botón de disparo de la cámara y buscas un ángulo mejor si lo hay, ese silencio en el que a veces tu corazón es el tambor que resuena en tu interior y que te da el ritmo de lo que el resto de tu cuerpo siente. Silencio en el cual tus pensamientos resuenan, se encuentran consigo mismos y se hacen más claros, silencio en el cual los problemas, lo ajeno a ese instante, lo perfectamente suprimible, deja de existir.

La evocación de la época en la que el edificio floreció es omnipresente por los detalles de las chimeneas, los acabados interiores con techos en arco, las maderas de las escaleras y el suelo aun donde se conservan. La ausencia casi total de mobiliario, salvo en lo que queda de la cocina, con está aún esperando a ser otra vez encendida, es brutal. hace que un espacio diáfano cobre vida propia.


Las pintadas en las paredes contrastan con la ausencia de butrones gigantescos, al menos la búsqueda de metales preciados por parte de individuos sin escrúpulos no ha llegado a este paraje, los radiadores aun montados bajo las ventanas, y las barandillas aun en su sitio dan la esperanza de que el lugar pueda continuar así por largo tiempo.


Dejadme mostraros la Mansión entre el granito, acompañadme.


Imponente desde el exterior, en lo alto, con madrid al fondo, se erige esta fantástica mansión

Parte de la zona de la cocina, muebles en su lugar y alicatado conservado, se observa el detalle de la existencia de un enchufe, cosa extraña en este tipo de lugares.

Salon con su chimenea, la luz dibujaba fantástica la esencia de la sala.

La cocina, pareidolia de una efigie triste por el abandono.

Un periódico en el salon, la fecha es de 1988.

Detalle del periódico encontrado, El País.

En aquellos años la prensa escrita no pasaba por la crisis actual.

La luz a través de las ventanas, un bello espectaculo,

el sol pinta la estancia y la abraza con su calor.

Subida a la planta superior.... la madera de la escalera aguanta bien el paso del tiempo.

Nada más subir la sorpresa, un bidón oxidado, de los que se usan en invierno para hacer un fuego y entrar en calor....

Los ambientes de las habitaciones superiores son diferentes en cada una de ellas

Quizás parezcan diferentes en altura, pero son dos ambientes distintos

en dos estancias exactamente iguales.

La llanta aun esta en su sitio y el fuego no alcanzó el caucho de su cubierta.

El jardín del frontal con la luz casi extinguida.

Las vallas que delimitan la zona están en pie cumpliendo su función.

Desde la entrada, Madrid al fondo, unas vistas privilegiadas.